Es asombroso ver como pueden disfrutar los chavales cuando pintan y dibujan en libertad. Aparentemente es fácil, y lo es, pero no tanto.
Cuando acostumbramos a los niños a exigirles algo que no pueden hacer o no les apetece, cuando esperamos que pinten con determinado color (árbol =verde, sol=amarillo) y si no lo hacen así les decimos que está mal... vamos limitando sus posibilidades.
También se las limitamos cuando abusamos de fichas cerradas donde su expresión natural (el dibujo) no tiene cabida, cuando no les dejamos pintar y dibujar libremente, cuando abusamos de fichas de colorear y además les insistimos en que no dejen huecos y encima con ceras duras ¡con lo que cansan! uff.
Debemos cuidar los momentos y planificarlos, pero sobre todo debemos organizar muchas actividades abiertas donde los niños puedan elegir las formas o colores que deseen, el momento y el papel que decidan.
De esta forma potenciaremos, no sólo el desarrollo de la creatividad, sino también el estímulo de su capacidad de autonomía, de iniciativa, de reflexión...
Estos días estoy disfrutando como una enana, pues me dejan maravillada con sus enormes capacidades y potencialidades.
¿Queréis ver un ejemplo?
Aquí os presento uno de esos trabajos que me dejan a diario con la boca abierta, pero hay muchos más. Es una preciosa joya que ha realizado Cristina recreando a Modigliani. Acaba de cumplir 5 años y lo que más le gusta es pintar. También el de Álvaro que estaba deseando coger los pinceles.
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