La vida diaria en un aula de educación infantil se desarrolla, fundamentalmente, a través de la sucesión de distintas rutinas; de esta forma el niño va percibiendo el paso del tiempo y es capaz de anticipar el tipo de actividad que vendrá a continuación, dejando atrás la ansiedad que le produce estar separado de su
familia en los primeros día de clase.
Esta rutinas permiten al niño, por un lado, percibir que la escuela es un sitio donde pasa un determinado tiempo a lo largo del día y, por otro, adquirir la seguridad suficiente para sentirse cómodo y relajado. La escuela JAMÁS será un sustituto de la familia, por mucho cariño y amor que los maestros y maestras les demos.
En mi clase estos momentos, que se suceden a lo largo del día, vienen marcados principalmente por el tipo de agrupamiento que empleamos.
El primero de ellos es el de la asamblea y, como tal, se desarrolla en gran grupo. Trabajamos el lenguaje oral y lenguaje escrito: pasamos lista, recogemos conocimientos previos y de evaluación, contamos nuestras cosas importantes, noticias y/o hacemos actividades de introducir conceptos matemáticos, canciones, poemas... depende del día.
Después pasamos a trabajar y/o jugar en los rincones, por los que rotamos a lo largo de la semana. En los rincones nos agrupamos en grupos de 5 y de 6 ( ya que somos 27). En el rincón las propuestas pueden ser de juego, de fichas, de asociación, de expresión, de exploración...
Lo que supone, que aunque estén agrupados, pueden trabajar de forma individual, en parejas o en pequeño grupo, como en esta foto.
Después de la propuesta inicial, pueden jugar, o elegir otra actividad de pareja: escribir en el ordenador, "escribir" nuestros libros de aula u otras.
Después del recreo las actividades vuelven a ser en un primer momento de asamblea, para pasar a las actividades de grupo o de parejas.
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