Hago un paréntesis en el Cuaderno de Bitácora de "UN MAR DE LETRAS" para insistir en el que es el principal objetivo de nuestra Semana de las Letras y de toda labor educativa: Promover el amor a la lectura entre nuestros alumnos. Esta apasionante tarea, los adultos y los educadores hemos de hacerla, fundamentalmente, desde el ejemplo: si nosotros leemos, ellos también lo harán. Hemos de conseguir que adquieran hábitos de lectura.
He utilizado el cartel de Hani D. El Masri, artista egipcio que ha elaborado también el mensaje para el Día Internacional del Libro Infantil 2009, donde se homenajea y conmemora el nacimiento de Hans Christian Andersen (2 de Abril de 1805). He aquí su mensaje:
YO SOY EL MUNDO
Yo soy el mundo, y el mundo soy yo
porque por medio de mis libros
puedo ser lo que quiera.
Palabras y dibujos, prosa y verso
me trasladan a lugares que están cerca y a la vez lejos.
En la tierra de los sultanes y del oro,
mil historias que hablan sobre todo de alfombras voladoras,
genios de lámparas maravillosas,
ogresas y simbades,
le cuentan sus secretos a Sherezade.
Con cada palabra de cada página,
viajo a través del espacio y del tiempo.
Y sobre las alas de la fantasía,
mi espíritu atraviesa tierra y mar.
Cuanto más leo, más comprendo
que con mi libro siempre estaré
en la mejor de las compañías”.
Hani D. El-Masri
CONSEJOS QUE INVITAN A LEER
(MARTA VÁZQUEZ-REINA )
Empezar desde pequeño: no es necesario esperar a que el niño aprenda a leer para fomentar en él el amor por la lectura; el periodo anterior a los seis años, edad madurativa en la que los niños empiezan a leer, es fundamental para potenciar sus hábitos posteriores. Leer con ellos es la principal actividad que los padres deben realizar en estas edades, crear un momento especial de lectura al día, en un lugar tranquilo, ayudará a que el niño asocie el hecho de leer a un acto placentero, en el que su padre o madre está por completo dedicado a él; asimismo, el niño, gracias a estas lecturas, comenzará a asociar los sonidos con las palabras, ampliará su vocabulario, en definitiva, adquirirá unas habilidades previas que hará que el posterior proceso de aprendizaje de la lectura sea más fácil.
Regalar libros: regalar un libro a un niño, de la misma manera que se regala cualquier otro juego o juguete, incluso darle la categoría de regalo especial, por ejemplo haciendo que regale él libros a sus amigos en sus cumpleaños, ayudará a que los pequeños identifiquen los libros como algo valioso e importante; asimismo, es conveniente llevarlo con frecuencia a una librería, para que elija los que más le gustan, para que vea como se renuevan los títulos y pueda esperar con ansía el momento de recibirlos.
Enseñarle la utilidad de la lectura: además de ser una actividad placentera y de ocio, los niños deben conocer que la lectura es también una fuente de conocimiento; una de las mejores ocasiones para demostrárselo es buscando en los libros las respuestas a muchas de las múltiples dudas y preguntas que diariamente plantean a sus padres; leerle el significado de una palabra en un diccionario o enseñarle una fotografía en un libro de aquello que desconoce hará comprender al niño la utilidad de los libros. Por otra parte, cuando el niño muestre un interés significativo por un tema concreto, los padres también pueden buscar en la biblioteca o comprar un libro relacionado con ese tema, de modo que el pequeño sepa que gracias a los libros puede ampliar sus conocimientos sobre aquello que le interesa.
Crear su propia biblioteca: además de que el niño comience su propia colección de libros desde pequeño, es importante concederle un sitio para que pueda colocarlos ordenadamente y acceder a ellos con facilidad, para que cuando sienta el deseo de leer pueda hacerlo y elegir el libro que quiera sin dificultad. Podrá servir de ayuda el enseñarle a clasificarlos por temas, por autores, por colecciones, etc., fomentando de esta manera también el hábito del orden en él; una idea original puede ser catalogarlos con gomets de colores, marcando por ejemplo los que ya se ha leído, o los preferidos, así podrá encontrarlos siempre fácilmente.
No obligarle a leer: tal como afirma Daniel Pennac, en su ensayo 'Como una novela', donde aborda la problemática de la falta de lectura en los adolescentes, "el verbo leer no tolera el imperativo", es decir, el obligar a leer no lleva a ningún resultado positivo al igual que cualquier cosa impuesta por los adultos. Lo importante no es conseguir que el niño lea, el logro es que quiera leer y para eso hay que darle la libertad de elegir hacerlo o no; el papel de los padres en este sentido debe ser fomentar el interés hacia la lectura con pasos y actividades como los que se han mencionado anteriormente. Sólo de este modo se logrará que el día de mañana cuando la lectura de una obra se acerque al final, el niño en vez de alegrarse por terminar el libro se lamente de que la diversión se acaba.
Regalar libros: regalar un libro a un niño, de la misma manera que se regala cualquier otro juego o juguete, incluso darle la categoría de regalo especial, por ejemplo haciendo que regale él libros a sus amigos en sus cumpleaños, ayudará a que los pequeños identifiquen los libros como algo valioso e importante; asimismo, es conveniente llevarlo con frecuencia a una librería, para que elija los que más le gustan, para que vea como se renuevan los títulos y pueda esperar con ansía el momento de recibirlos.
Enseñarle la utilidad de la lectura: además de ser una actividad placentera y de ocio, los niños deben conocer que la lectura es también una fuente de conocimiento; una de las mejores ocasiones para demostrárselo es buscando en los libros las respuestas a muchas de las múltiples dudas y preguntas que diariamente plantean a sus padres; leerle el significado de una palabra en un diccionario o enseñarle una fotografía en un libro de aquello que desconoce hará comprender al niño la utilidad de los libros. Por otra parte, cuando el niño muestre un interés significativo por un tema concreto, los padres también pueden buscar en la biblioteca o comprar un libro relacionado con ese tema, de modo que el pequeño sepa que gracias a los libros puede ampliar sus conocimientos sobre aquello que le interesa.
Crear su propia biblioteca: además de que el niño comience su propia colección de libros desde pequeño, es importante concederle un sitio para que pueda colocarlos ordenadamente y acceder a ellos con facilidad, para que cuando sienta el deseo de leer pueda hacerlo y elegir el libro que quiera sin dificultad. Podrá servir de ayuda el enseñarle a clasificarlos por temas, por autores, por colecciones, etc., fomentando de esta manera también el hábito del orden en él; una idea original puede ser catalogarlos con gomets de colores, marcando por ejemplo los que ya se ha leído, o los preferidos, así podrá encontrarlos siempre fácilmente.
No obligarle a leer: tal como afirma Daniel Pennac, en su ensayo 'Como una novela', donde aborda la problemática de la falta de lectura en los adolescentes, "el verbo leer no tolera el imperativo", es decir, el obligar a leer no lleva a ningún resultado positivo al igual que cualquier cosa impuesta por los adultos. Lo importante no es conseguir que el niño lea, el logro es que quiera leer y para eso hay que darle la libertad de elegir hacerlo o no; el papel de los padres en este sentido debe ser fomentar el interés hacia la lectura con pasos y actividades como los que se han mencionado anteriormente. Sólo de este modo se logrará que el día de mañana cuando la lectura de una obra se acerque al final, el niño en vez de alegrarse por terminar el libro se lamente de que la diversión se acaba.
Gracias por las palabras que ayer dejastes en mi blog.
ResponderEliminarTe visito a menudo y disfruto con vuestros trabajos.
Enhorabuena.
Un equipo de estudiantes del área del Arte y la Comunicación Visual (Universidad Nacional de Costa Rica) estamos realizando una serie de materiales que sirvan de apoyo para la realización de actividades que fomenten la lectura.
ResponderEliminarVisítenos en:
http://tukitukilulu.blogspot.com/