Unos días de viaje sientan de miedo para recuperarse de los ultimos meses de trabajo. Sirven para desconectar de la rutina y recargar las baterías internas. Esta vez nos hemos quedado en el norte de España, sin ir más lejos (siempre buscamos el fresquito que no tenemos en el sur por estas fechas): Primero en Burgos, donde han pintado los artistas de la familia, y después en Asturias y algo de Cantabria.
Hemos estado en el pueblo de Llames de Parres, en una casa rural espectacular, tanto por el entorno en el que se encuentra, como por su propia arquitectura y equipación. Además está muy bien ubicada para poder realizar multitud de excursiones y visitas.
Nos encanta ir al norte y no sólo por el clima suave en esta época veraniega, sino también por lo bonito y cuidado que está todo. Se transmite ese amor por el patrimonio natural, social, cultural, arquitectónico y etnográfico, y a Cartageneros como nosotros nos da mucha envidia: esas iglesias tan antiguas como nuestro San Ginés de la Jara, pero tan bien conservadas, cuidadas y mimadas; esos paisajes y esos Parques Naturales limpios, protegidos y controlados, como nos gustaría que estuviese nuestro Calblanque en estas fechas; las comparaciones serían interminables, así que nos conformamos con disfrutar de estas tierras norteñas cada vez que podemos. Viajar no sólo es una oportunidad para disfrutar, descansar y divertirse, sino una manera estupenda de conocer, aprender y crecer.
Aquí van unas foticos de algunas cosas que hemos visto.
